El encargo pedía la creación de un espacio exterior para compartir en las tardes y noches, momento en que la temperatura baja en la zona costera.

Para esto se pensó en un fogón con asientos integrados, entregando un lugar para reunirse frente a la luz y calidez del fuego. El elemento se ubica en el jardín, hundido en la tierra, dándole protección frente al viento.

Se elaboró en hormigón como material único, tanto el contenedor de las brasas como los asientos, que también se utilizan para guardar la leña. También se realizaron trabajos de remodelación en la casa en general, para refrescar el interior.